En 2008, en el programa Els Matins de TV3, Pilar Rahola, ex diputada independentista, se sentaba a la izquierda del moderador Josep Cuní. A su derecha estaba Joan Estévez, que fue presentado como un aranés que venía “con ganas de decirle cuatro cosas a la Pilar” a propósito de un artículo que Rahola publicó en La Vanguardia en el que defendía que los araneses no debían interferir en las decisiones de la Generalitat sobre la reintroducción del oso en el valle de Arán. (Ver video).
Estévez, ganadero y esquiador, escuchó la frase final de Rahola sobre el asunto: “No deben decidir los araneses porque es un asunto catalán”. Estévez replicó sobre el ilógico derecho de Cataluña para decidir sobre si los plantígrados debían estar en el valle de Arán o no. Rahola se encendió: “Desde Cataluña, dices… ¿Tú dónde estás, en Marte?”.
Estévez respondió: “Yo soy aranés. Igual que si a usted le molesta que desde Madrid decidan por usted, porque tiene una identidad, la catalana. La mía es la aranesa, que tiene una lengua y una cultura diferente a la catalana”.
Rahola contraatacó con una pregunta capciosa: “¿Estás en una televisión extranjera?”. Estévez, que en las elecciones de 2011 fue suplente en la candidatura del partido Convergencia Democrática Aranesa-Partido Nacionalista Aranés, respondió: “Si usted va a TVE a Madrid, ¿se considera extranjera?”. A lo que ella contestó: “No estoy en mi nación, sí (me considero extranjera en Madrid)”. Estévez replicó: “Yo ahora no estoy en mi nación. La mía es el valle de Arán. Y Rahola: “Entonces las ayudas públicas las replantearemos”. El presentador intervino: “Estoy asustado con lo que dices, Pilar. Lo que tú reclamas para ti, ¿se lo niegas a otro?”. La ex diputada preguntó: “¿Me estás diciendo que el Valle de Arán es una nación?”. Y Estevez concluyó: “Igual que la catalana”.
Hoy, cuatro años después, Estévez atiende a La Gaceta y asegura que el Valle vive en libertad, “sin imposiciones, que es la diferencia entre el valle de Arán y Cataluña. Mientras podamos sentirnos araneses, el resto es propaganda barata que crea problemas hasta entre los propios vecinos”. Estévez asegura: “El independentismo es teatro.
Hay una realidad en la que creo, que es que Cataluña da más dinero al Estado del que recibe, pero de ahí a pedir la independencia hay un trecho”.
En el valle de Arán se hablan tres lenguas y la bandera de España no es motivo de discusión. Joan Estévez relata que “todos estuvimos en la calle cuando la Selección de fútbol ganó el Mundial”. Sin embargo, “sácala en Gerona. Igual tendrías que ponerte zapatillas de deporte”. “Si Cataluña se independizara de España tendría un problema”, apunta.
“Yo soy aranés y español, ¿por qué me obligan a ser sólo catalán?”, se cuestiona. Esta es la parte principal del argumento independentista. Estévez considera que el problema principal es que “no hay orgullo propio”. “A mí me llaman facha por llevar la bandera de España y siento vergüenza cuando viajo a otros países en los que se muestra con orgullo su bandera. Esto en Cataluña no pasa”. Y sí en Arán.
“Una lengua jamás puede ser una obligación”. Estévez apunta que la naturalidad en las clases en el valle de Arán llega al extremo de que si un alumno no habla uno de los idiomas, el profesor se dirige a todos en el idioma que el alumno entienda. No obstante, explica que si la asignatura es la específica de la lengua, el alumno deberá esforzarse.
Estévez, ganadero y esquiador, escuchó la frase final de Rahola sobre el asunto: “No deben decidir los araneses porque es un asunto catalán”. Estévez replicó sobre el ilógico derecho de Cataluña para decidir sobre si los plantígrados debían estar en el valle de Arán o no. Rahola se encendió: “Desde Cataluña, dices… ¿Tú dónde estás, en Marte?”.
Estévez respondió: “Yo soy aranés. Igual que si a usted le molesta que desde Madrid decidan por usted, porque tiene una identidad, la catalana. La mía es la aranesa, que tiene una lengua y una cultura diferente a la catalana”.
Rahola contraatacó con una pregunta capciosa: “¿Estás en una televisión extranjera?”. Estévez, que en las elecciones de 2011 fue suplente en la candidatura del partido Convergencia Democrática Aranesa-Partido Nacionalista Aranés, respondió: “Si usted va a TVE a Madrid, ¿se considera extranjera?”. A lo que ella contestó: “No estoy en mi nación, sí (me considero extranjera en Madrid)”. Estévez replicó: “Yo ahora no estoy en mi nación. La mía es el valle de Arán. Y Rahola: “Entonces las ayudas públicas las replantearemos”. El presentador intervino: “Estoy asustado con lo que dices, Pilar. Lo que tú reclamas para ti, ¿se lo niegas a otro?”. La ex diputada preguntó: “¿Me estás diciendo que el Valle de Arán es una nación?”. Y Estevez concluyó: “Igual que la catalana”.
Hoy, cuatro años después, Estévez atiende a La Gaceta y asegura que el Valle vive en libertad, “sin imposiciones, que es la diferencia entre el valle de Arán y Cataluña. Mientras podamos sentirnos araneses, el resto es propaganda barata que crea problemas hasta entre los propios vecinos”. Estévez asegura: “El independentismo es teatro.
Hay una realidad en la que creo, que es que Cataluña da más dinero al Estado del que recibe, pero de ahí a pedir la independencia hay un trecho”.
En el valle de Arán se hablan tres lenguas y la bandera de España no es motivo de discusión. Joan Estévez relata que “todos estuvimos en la calle cuando la Selección de fútbol ganó el Mundial”. Sin embargo, “sácala en Gerona. Igual tendrías que ponerte zapatillas de deporte”. “Si Cataluña se independizara de España tendría un problema”, apunta.
“Yo soy aranés y español, ¿por qué me obligan a ser sólo catalán?”, se cuestiona. Esta es la parte principal del argumento independentista. Estévez considera que el problema principal es que “no hay orgullo propio”. “A mí me llaman facha por llevar la bandera de España y siento vergüenza cuando viajo a otros países en los que se muestra con orgullo su bandera. Esto en Cataluña no pasa”. Y sí en Arán.
“Una lengua jamás puede ser una obligación”. Estévez apunta que la naturalidad en las clases en el valle de Arán llega al extremo de que si un alumno no habla uno de los idiomas, el profesor se dirige a todos en el idioma que el alumno entienda. No obstante, explica que si la asignatura es la específica de la lengua, el alumno deberá esforzarse.