Los hechos ocurrieron en marzo de 2009 y según testigos presenciales el mosso d´escuadra se saltó un semaforo en rojo llevando las luces giratorias sin estar de servicio, hecho que provocó un accidente mortal a un motorista que pasaba ocasionalmente por la vía de forma correcta.
Los mossos d'esquadra que viajaban en el coche patrulla que atropelló mortalmente a un motorista en Barcelona intentaron conseguir una grabación en vídeo sobre el accidente que incriminaba a su compañero, antes que los guardias urbanos encargados de la investigación del caso.
Así lo han puesto hoy de relieve los testigos que han declarado en la Audiencia de Barcelona en el juicio contra un mosso que afronta una petición fiscal de tres años de prisión por provocar en marzo de 2009 la muerte de un motorista al que arrolló con su vehículo oficial, tras saltarse un semáforo en rojo porque llegaba tarde a un juicio en el que estaba citado como testigo.
El acusado ha defendido que cuando arrolló al motorista conducía muy lento, a unos 20 ó 30 kilómetros por hora, y con el convencimiento de que avanzaba con el semáforo en verde, y ha negado que, al menos conscientemente, activara las señales luminosas de su coche patrulla para abrirse paso entre los vehículos. La versión del mosso, no obstante, ha sido enfrentada en el juicio con una grabación del atropello registrada por las cámaras de seguridad de una empresa situada en el chaflán donde ocurrió el accidente, en el distrito 22 de la capital catalana, que muestran que el coche policial atravesó el cruce con el semáforo en rojo y las señales luminosas encendidas.
Los dos agentes que acompañaban al mosso imputado se han escudado hoy en que no recuerdan las circunstancias del atropello, pero han admitido que requirieron a la empresa las imágenes del accidente y las visionaron antes de prestar declaración ante la Guardia Urbana, como testigos del siniestro, y ante el juez instructor.
El propio acusado ha afirmado que sus dos compañeros vieron la grabación del accidente antes de su declaración y que él estuvo a punto de hacerlo, aunque finalmente desistió por la conmoción que le producían las imágenes. Los urbanos que investigaron el accidente también han corroborado esa irregular actuación de los mossos d'esquadra implicados en el siniestro: cuando llegaron al lugar del atropello encontraron a un responsable de la empresa entregando a los agentes autonómicos un DVD con la grabación de las cámaras de seguridad.
Los policías locales encargados de la investigación del siniestro advirtieron al responsable de la empresa de que eran ellos los que debían tener la grabación para elaborar el correspondiente atestado policial, con lo que consiguieron que se les entregara una segunda copia de las imágenes, junto a la facilitada a los mossos. Los guardias urbanos han ratificado hoy en el juicio los resultados de su informe sobre los hechos, que concluye que el atropello sucedió al saltarse el acusado el semáforo en rojo, una versión que también han confirmado varios testigos del accidente.
La acusación particular ejercida por la familia de la víctima, que pide cuatro años de prisión y seis de inhabilitación, ha recordado hoy que ha sido imposible alcanzar un acuerdo con el procesado que evitara la celebración del juicio porque nunca ha habido "condolencias ni perdón institucional" por parte de la policía autonómica. En su derecho a la última palabra antes de que el juicio quedara visto para sentencia, el agente procesado ha estallado en lágrimas y ha expresado su "pésame" a la familia del fallecido, y ha dicho que siente profundamente su muerte "como padre de tres hijos" que es.
La Fiscalía ha descartado pedir la inhabilitación del agente por considerar que el delito no fue cometido en acto de servicio, aunque para las acusaciones particulares ejercidas por la madre y la esposa e hija del fallecido esa pena es irrenunciable.
Así lo han puesto hoy de relieve los testigos que han declarado en la Audiencia de Barcelona en el juicio contra un mosso que afronta una petición fiscal de tres años de prisión por provocar en marzo de 2009 la muerte de un motorista al que arrolló con su vehículo oficial, tras saltarse un semáforo en rojo porque llegaba tarde a un juicio en el que estaba citado como testigo.
El acusado ha defendido que cuando arrolló al motorista conducía muy lento, a unos 20 ó 30 kilómetros por hora, y con el convencimiento de que avanzaba con el semáforo en verde, y ha negado que, al menos conscientemente, activara las señales luminosas de su coche patrulla para abrirse paso entre los vehículos. La versión del mosso, no obstante, ha sido enfrentada en el juicio con una grabación del atropello registrada por las cámaras de seguridad de una empresa situada en el chaflán donde ocurrió el accidente, en el distrito 22 de la capital catalana, que muestran que el coche policial atravesó el cruce con el semáforo en rojo y las señales luminosas encendidas.
Los dos agentes que acompañaban al mosso imputado se han escudado hoy en que no recuerdan las circunstancias del atropello, pero han admitido que requirieron a la empresa las imágenes del accidente y las visionaron antes de prestar declaración ante la Guardia Urbana, como testigos del siniestro, y ante el juez instructor.
El propio acusado ha afirmado que sus dos compañeros vieron la grabación del accidente antes de su declaración y que él estuvo a punto de hacerlo, aunque finalmente desistió por la conmoción que le producían las imágenes. Los urbanos que investigaron el accidente también han corroborado esa irregular actuación de los mossos d'esquadra implicados en el siniestro: cuando llegaron al lugar del atropello encontraron a un responsable de la empresa entregando a los agentes autonómicos un DVD con la grabación de las cámaras de seguridad.
Los policías locales encargados de la investigación del siniestro advirtieron al responsable de la empresa de que eran ellos los que debían tener la grabación para elaborar el correspondiente atestado policial, con lo que consiguieron que se les entregara una segunda copia de las imágenes, junto a la facilitada a los mossos. Los guardias urbanos han ratificado hoy en el juicio los resultados de su informe sobre los hechos, que concluye que el atropello sucedió al saltarse el acusado el semáforo en rojo, una versión que también han confirmado varios testigos del accidente.
La acusación particular ejercida por la familia de la víctima, que pide cuatro años de prisión y seis de inhabilitación, ha recordado hoy que ha sido imposible alcanzar un acuerdo con el procesado que evitara la celebración del juicio porque nunca ha habido "condolencias ni perdón institucional" por parte de la policía autonómica. En su derecho a la última palabra antes de que el juicio quedara visto para sentencia, el agente procesado ha estallado en lágrimas y ha expresado su "pésame" a la familia del fallecido, y ha dicho que siente profundamente su muerte "como padre de tres hijos" que es.
La Fiscalía ha descartado pedir la inhabilitación del agente por considerar que el delito no fue cometido en acto de servicio, aunque para las acusaciones particulares ejercidas por la madre y la esposa e hija del fallecido esa pena es irrenunciable.