El apuñalamiento se produjo de noche. El agente, dedicado a labores administrativas dentro del cuerpo policial, pidió un taxi cuando ya se encontraba fuera de servicio y le pidió que le llevase a su casa, en una urbanización de Sant Fost de Campsentelles (Vallès Oriental).
Cómo sucedieron los hechos no ha quedado del todo aclarado. Según un portavoz de la Asociación de Trabajadores Paquistaníes, el hombre sacó el cuchillo en el mismo momento en el que el taxista le pidió que le pagase. Según un comunicado de los Mossos, el agente pudo haber recibido también un golpe en la cabeza.
De lo que no cabe duda es de que el hombre huyó del lugar de los hechos. Esa misma asociación asegura que en un primer momento cogió el taxi y condujo unos 100 metros. Pero luego paró y volvió al lugar de la agresión porque, presuntamente, se le había caído el arma reglamentaria.
Un testigo que pasaba por la zona pudo ver la agresión y fue quien avisó al Sistema de Emergencias Médicas (SEM). Los facultativos llevaron al taxista malherido al hospital. Ayer, según un comunicado del sindicato del taxi, el hombre ya estaba "fuera de peligro, consciente y estable".
La investigación llevó hasta el agente de los Mossos d'Esquadra cuando este acudió al hospital de Can Ruti de Badalona, con una "aparente fase amnésica a causa de un traumatismo craneal", según un comunicado de los Mossos. La policía inició entonces las pesquisas para descubrir qué había detrás de la rocambolesca historia del agente. El pasado 1 de octubre le detuvieron.
El juzgado de instrucción 4 de Mollet del Vallès ordenó entonces su ingreso en prisión. El hombre está acusado de un intento de homicidio, según una portavoz del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) a pesar de que la policía se refiere en todo momento en su comunicado a un "delito de lesiones".
Faruk (nombre de pila del taxista) lleva en España unos 10 años, según explicó ayer el portavoz de la Asociación de Trabajadores Paquistaníes. El hombre no tiene familia en Barcelona y conduce un taxi como asalariado, es decir, que no es el propietario de la licencia.
A raíz del suceso, un hermano del hombre que vive en Holanda se trasladó ayer a Barcelona para estar a su lado. Faruk, según ese mismo portavoz, perdió ocho litros de sangre a causa de las heridas. El hombre proviene de la ciudad de Sialkot, una localidad al norte de Pakistán en la zona del Punyab. "Su familia allí aún o sabe qué ha pasado, les han dicho que ha sido un accidente", aseguró.
El sindicato del Taxi de Cataluña (STAC) manifestó ayer, a través de un comunicado, su "más profunda repulsa e indignación por la brutal agresión" que sufrió Faruk. STAC pidió, además, que el mosso d'Esquadra encarcelado por la agresión sea expulsado "inmediatamente" del cuerpo.
Un portavoz de la policía explicó que rige la presunción de inocencia, por lo que no se tomará una decisión al respecto hasta que haya una sentencia que demuestre si fue el agente quien propinó las cuchilladas al taxista paquistaní.