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miércoles, 23 de enero de 2013

El colmo del nacionalismo catalán,Blanca Nieves, una película en lengua catalana, a pesar de ser muda .


Blancanieves ha sido el filme que ha obtenido más candidaturas, doce, que incluyen los premios a mejor película en lengua catalana, mejor director, mejor actriz protagonista para dos de sus intérpretes, mejor guión y mejor montaje.
Maribel Verdú protagonista de Blanca Nieves.
Con una nominación menos, once, El bosque "competirá por las estatuillas al mejor filme en lengua catalana, mejor protagonista masculino y femenino, mejor actor secundario, mejor guión y mejor montaje.
Tras Blancanieves, una coproducción catalana, muda y rodada en blanco y negro, y El bosque, figuran entre las cintas con más nominaciones, Los niños salvajes (8), Fènix 11-23 (7), Lo imposible (6), REC3. Génesis (6), Una pistola en cada mano (6), Las aventuras de Tadeu Jones (4) y The Pelayos (4).
En la presente edición, 30 producciones de las 89 películas inscritas han sido nominadas en alguna de las 22 categorías de los premios, que se entregarán en una gala el próximo 3 febrero en el Barcelona Teatro Musical (BTM), presentada por el periodista y humorista Andreu Buenafuente.
Dirigida por Pablo Berger, Blancanieves ofrece una nueva visión del popular cuento de los hermanos Grimm, ambientada en el sur de España en los años 20.
El filme de Berger opta a doce estatuillas, entre ellas mejor película en lengua catalana, director, mejor protagonista femenina (Maribel Verdú y Ángela Molina), mejor dirección artística, mejor música original, mejor fotografía y mejores efectos especiales.
Compiten por el Gaudí al mejor filme en lengua catalana Blancanieves, El bosque, de Óscar Aibar, Los niños salvajes, de Patricia Ferreira, y Fènix 11-23, de Joel Joan -presidente de la Academia- y Sergi Lara.

miércoles, 7 de marzo de 2012

La Generalidad manipula datos sobre el consumo de cine en catalán.

El anteproyecto de la Ley del Cine en Cataluña está en fase de discusión parlamentaria. Ya escribí un artículo en Libertad Digital contra esta Ley (No al doblaje impuesto en catalán), argumentando que si los espectadores reamente prefirieran ver una proporción mayor de cine doblado al catalán la intervención del Estado no es necesaria, pues en el mercado las empresas tienen incentivos para satisfacer demandas desatendidas.
En esta entrada quiero centrarme en los datos que la Generalitat aporta para justificar esta ley (véase la presentación Power Point enlazada al final de este documento). Su manejo de las cifras solo puede calificarse de manipulación.
En primer lugar hace referencia a esta encuesta del Baròmetre de la Comunicació i la Cultura (click para ampliar):
Barometre

Nótese cómo está formulada la pregunta de la encuesta: "Las películas tendrían que estar disponibles en las dos lenguas...". El 82.4% está de acuerdo, claro. ¿Quién va a oponerse a que haya "películas disponibles en las dos lenguas"? De hecho, ya las hay. Lo que no hay, en todo caso, es "suficientes" películas disponibles en catalán (desde el punto de vista de los legisladores), pero la encuesta no pregunta si debería haber la misma proporción, que es de lo que se ocupa la Ley en cuestión.
Si la pregunta está bien formulada debería funcionar a la inversa: "Las películas no tendrían que estar disponibles en las dos lenguas...". Es obvio que en este caso la proporción de gente contestando "en desacuerdo" sería aún mayor que el 82.4%, pues da la impresión de que te estén preguntando si quieres prohibir las películas en un determinado idioma.
Además, la pregunta no invita al encuestado a plantearse una elección o considerar un tradeoff: tiene que contestar en abstracto si le parece bien que haya películas en los dos idiomas, con independencia de que luego siempre se decante por uno. Del mismo modo, si se preguntara a la gente si las películas deben estar disponibles en tres o más lenguas, ¿por qué iba a contestar que no? Al fin y al cabo, no le están preguntando cuál escogería o en qué lengua quiere que esté la película en su cine local.
Algunas preguntas alternativas más honestas hubieran sido:
  • ¿En qué idioma prefiere ver una película en el cine, en catalán o en castellano?
  • ¿Iría a ver más películas en catalán si hubiera más copias en catalán?
  • En su cine local, si la película solo se exhibiera en una sala, ¿prefiría que fuera la versión castellana o la versión catalana?
Pero, por supuesto, hay una fuente de información más fiable: los datos de consumo real de los espectadores. En este contexto la Generalitat presenta otro gráfico:
Espectadors-grafic
La falacia en este caso es aún más sangrante: no son datos comparables. Lo explica claramente un comunicado del gremio de exhibidores:
Respecto a los datos referentes a la media de espectadores por sesión según versión que aparecen en el informe de las bases de la ley de cine de Cataluña, se trata de cifras no comparativas, que no reflejan la realidad. Actualmente se doblan al catalán aquellas películas que se considera pueden tener un éxito comercial importante (blockbuster americanos), mientras un gran número de títulos poco comerciales se estrenan sólo en castellano haciendo bajar la media de recaudación por sesión. Por este motivo, es lógico estadísticamente que el ratio medio de espectadores por proyección sea superior en las películas de cine en catalán que en castellano.
Ahora tomemos cifras comparables: media de espectadores por sesión para una misma película, cuando en un complejo multisalas se proyecta la versión castellana y catalana. ¿Cuáles son los resultados? El 78,2% de los espectadores opta por la versión castellana, frente al 21,8% que escoge la versión catalana (La Vanguardia, 6/3/09, págs. 28-29).
Los exhibidores ponen otro ejemplo (énfasis mío):
Si tomamos como referente el estreno de “Vicky Cristina Barcelona” en los cines de Cataluña, donde sólo 5 copias se exhibieron en castellano, comparado con 47 copias en catalán, y 22 en versión original, la media de recaudación por copia de la versión castellana es más de cinco veces superior a la de la versión catalana. Incluso la versión original ha funcionado mejor que la catalana (de media, casi el doble por copia).
Además, en el TOP 10 a nivel estatal de esta película, en el primer fin de semana se situaron seis copias de la película estrenadas en Cataluña: cuatro en castellano y dos en versión original (ninguna en lengua catalana).
La Generalitat se contenta con presentar esos datos como base de la nueva Ley. Vaya rigor.