miércoles, 7 de marzo de 2012

868 ayuntamientos denunciados porque no utilizan el español en sus webs.

Declaraciones de Pablo Yáñez González, presidente de la Asociación Nacional para la Libertad Lingüística (ANLL), quien ha entregado el informe sobre el bilingüismo al Defensor del Pueblo.
Estos datos hacen referencia a principio del  año 2011,en la actualidad gracias al tripartito en Cataluña y con la valiosa e incondicional  ayuda del PSOE, el número  de ayuntamientos nacionalistas que han optado por esta modalidad de discriminación lingüistica, utilizando dinero público,  ha aumentado de forma considerable.

Artur Mas asigna tres millones de euros para realizar consultas independentistas mientras en los hospitales se le mueren pacientes por falta de dinero.

La Generalitad de Cataluña, gobernada por Artur Mas, tiene claras cuáles son sus prioridades y, mientras recorta en Sanidad o Educación, ha sacado a concurso un contrato de servicios para realizar encuestas en las que se pregunta a la ciudadanía sobre la separación de España y el pacto fiscal. El adjudicatario es el Centro de Estudios de Opinión (CEO), órgano dependiente de la Generalitat, encargado de realizar consultas a la ciudadanía. El coste del contrato, sin incluir el IVA, oscila entre uno y tres millones de euros.
Artur Mas, presidente actual de la Generalidad de Cataluña
En el último barómetro, hecho público la semana pasada, el CEO incluyó una pregunta sobre la independencia de Cataluña: “Si mañana se hiciera un referéndum para decidir la independencia de Cataluña, ¿usted qué haría?”. De 2.500 encuestados, un 44,6 por ciento votaría a favor. Aunque es una cifra inferior a la obtenida en la encuesta inmediatamente anterior (45,4 por ciento), es superior a la obtenida en el primero de estos sondeos, un 42,9 por ciento.
Sin embargo, de acuerdo a ‘ABC’, los resultados de esta última encuesta arrojan resultados contradictorios. En otros apartados sólo el 29 por ciento respalda que Cataluña se separe de España; un 30,8 por ciento apoya la creación de una España federal, y el 27,8 por ciento respalda la situación de Comunidad Autónoma. En ese sentido, un 42,2 por ciento de los encuestados se siente catalán y español a partes iguales; un 28,2 por ciento se declara más catalán que español, y un 21 por ciento, sólo catalán.
El CEO, dirigido actualmente por Jordi Argelaguet y que depende de la Consejería de Presidencia, cuenta con un presupuesto de 1,2 millones de euros para 2012. Más de la mitad de la partida, 748.990 euros, está destinada a pagar las nóminas de la plantilla compuesta por 16 personas.
En 2012, el consejo rector del CEO aprobó para 2012 un plan de trabajo que incluye, entre otros, estudios de opiniones electorales, de valoración de líderes y tres barómetros de opinión política, en la que se incluye la pregunta sobre la independencia y el pacto fiscal.

La Generalidad manipula datos sobre el consumo de cine en catalán.

El anteproyecto de la Ley del Cine en Cataluña está en fase de discusión parlamentaria. Ya escribí un artículo en Libertad Digital contra esta Ley (No al doblaje impuesto en catalán), argumentando que si los espectadores reamente prefirieran ver una proporción mayor de cine doblado al catalán la intervención del Estado no es necesaria, pues en el mercado las empresas tienen incentivos para satisfacer demandas desatendidas.
En esta entrada quiero centrarme en los datos que la Generalitat aporta para justificar esta ley (véase la presentación Power Point enlazada al final de este documento). Su manejo de las cifras solo puede calificarse de manipulación.
En primer lugar hace referencia a esta encuesta del Baròmetre de la Comunicació i la Cultura (click para ampliar):
Barometre

Nótese cómo está formulada la pregunta de la encuesta: "Las películas tendrían que estar disponibles en las dos lenguas...". El 82.4% está de acuerdo, claro. ¿Quién va a oponerse a que haya "películas disponibles en las dos lenguas"? De hecho, ya las hay. Lo que no hay, en todo caso, es "suficientes" películas disponibles en catalán (desde el punto de vista de los legisladores), pero la encuesta no pregunta si debería haber la misma proporción, que es de lo que se ocupa la Ley en cuestión.
Si la pregunta está bien formulada debería funcionar a la inversa: "Las películas no tendrían que estar disponibles en las dos lenguas...". Es obvio que en este caso la proporción de gente contestando "en desacuerdo" sería aún mayor que el 82.4%, pues da la impresión de que te estén preguntando si quieres prohibir las películas en un determinado idioma.
Además, la pregunta no invita al encuestado a plantearse una elección o considerar un tradeoff: tiene que contestar en abstracto si le parece bien que haya películas en los dos idiomas, con independencia de que luego siempre se decante por uno. Del mismo modo, si se preguntara a la gente si las películas deben estar disponibles en tres o más lenguas, ¿por qué iba a contestar que no? Al fin y al cabo, no le están preguntando cuál escogería o en qué lengua quiere que esté la película en su cine local.
Algunas preguntas alternativas más honestas hubieran sido:
  • ¿En qué idioma prefiere ver una película en el cine, en catalán o en castellano?
  • ¿Iría a ver más películas en catalán si hubiera más copias en catalán?
  • En su cine local, si la película solo se exhibiera en una sala, ¿prefiría que fuera la versión castellana o la versión catalana?
Pero, por supuesto, hay una fuente de información más fiable: los datos de consumo real de los espectadores. En este contexto la Generalitat presenta otro gráfico:
Espectadors-grafic
La falacia en este caso es aún más sangrante: no son datos comparables. Lo explica claramente un comunicado del gremio de exhibidores:
Respecto a los datos referentes a la media de espectadores por sesión según versión que aparecen en el informe de las bases de la ley de cine de Cataluña, se trata de cifras no comparativas, que no reflejan la realidad. Actualmente se doblan al catalán aquellas películas que se considera pueden tener un éxito comercial importante (blockbuster americanos), mientras un gran número de títulos poco comerciales se estrenan sólo en castellano haciendo bajar la media de recaudación por sesión. Por este motivo, es lógico estadísticamente que el ratio medio de espectadores por proyección sea superior en las películas de cine en catalán que en castellano.
Ahora tomemos cifras comparables: media de espectadores por sesión para una misma película, cuando en un complejo multisalas se proyecta la versión castellana y catalana. ¿Cuáles son los resultados? El 78,2% de los espectadores opta por la versión castellana, frente al 21,8% que escoge la versión catalana (La Vanguardia, 6/3/09, págs. 28-29).
Los exhibidores ponen otro ejemplo (énfasis mío):
Si tomamos como referente el estreno de “Vicky Cristina Barcelona” en los cines de Cataluña, donde sólo 5 copias se exhibieron en castellano, comparado con 47 copias en catalán, y 22 en versión original, la media de recaudación por copia de la versión castellana es más de cinco veces superior a la de la versión catalana. Incluso la versión original ha funcionado mejor que la catalana (de media, casi el doble por copia).
Además, en el TOP 10 a nivel estatal de esta película, en el primer fin de semana se situaron seis copias de la película estrenadas en Cataluña: cuatro en castellano y dos en versión original (ninguna en lengua catalana).
La Generalitat se contenta con presentar esos datos como base de la nueva Ley. Vaya rigor.